Plantea la Logística Sanmartiniana

“Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos. Sin memoria no existimos y sin responsabilidad, quizá, no merezcamos existir”.

La siguiente pregunta forma parte de nuestra memoria y nos muestra cómo una cuestión de logística cobra la dimensión de la responsabilidad de la existencia:

¿Cómo se planeó la alimentación y el abrigo para el Cruce de los Andes?.

San Martín,  gobernador de Cuyo (Mendoza, San Luis y San Juan), entre los años 1821 y 1822, tuvo un fuerte apoyo en la preparación del Cruce de los Andes, en cuanto a provisiones, alimentos, ropas, y dinero,  que provino de los radicados en estas zonas del país (Cuyo), no así de Buenos Aires, el eje del país en ese entonces. San Martín estuvo solo en muchos de los momentos decisivos. Sin embargo, El Gran General, contento con su provincia, evocaba repetidamente  “Dénme tres pueblos como Cuyo y libertaré toda América”. Es por esto que debemos recordar semejante empresa libertaria.

La brillante ejecución del ejército de San Martín fue un punto de inflexión en nuestra historia. Ahora bien ¿Cómo se planeó la alimentación de una de las estrategias militares más difíciles de la historia? El Cruce de los Andes.

El Gran Jefe ideo, en el Cruce de los Andes  alimentar cerca de 6.000 hombres, 10.000 mulas, y 1.600 caballos donde algunos debieron caminar algo de 400 kilómetros, subir a más de 4.500 m.s.n.m, resistir temporales, frío, y demás durezas de la cordillera, para luego llegar y entablar la lucha.

Semejante empresa nos obliga a pensar que nuestro pasado tiene peso, esfuerzo y también inteligencia.

El ejército llevaba aguardiente y vino en toneles. Serviría para soportar un poco más las heridas de guerra, y paliar el frío.

Más de 40.000 kilos de Charquican: una especie de masa de carne deshidratada molida, cocinada en grasa, con cebollas y ají, a la que al agregarle agua hirviendo y maíz, formaba un potente guiso.

Cada soldado llevó 3,5 kilos de charquicán, y el resto fue transportado en 143 mulas.

Arriaron 600 vacas, a razón de una vaca cada cien hombres para alimento.

La ración del día a día, incluía  400 gramos diarios de galleta por soldado, durante 15 días, lo que era transportado en otras 300 mulas.

Ordenó recolectar grandes cantidades de  cebollas y ajos, como remedio para combatir el mal de altura.

Ordenó que “todas las carnicerías de la ciudad   lleven, a la Maestranza, todas las astas de las reses que matan”, para construir chifles (especie de cantimploras) para transportar el agua.

Mandó a confeccionar “tamangos”, utilizando los desperdicios de cuero de las reses del consumo diario. “Eran una especie de sandalias cerradas, con jaretas a manera de zapatones de una pieza usados por los negros, y que los mismo soldados preparaban”.

San Martín había mandado también buscar todos los restos de lana de Cuyo, para que los soldados  pudieran meterla dentro de la ropa y mejorar el aislamiento al frío.

También los animales, mulas y caballos del Cruce de los Andes precisaban alimento, ya que por el clima, y la altura no crecen pasturas.

Se requirieron a razón de 48,75 kilos de forraje para cada animal para alimentarlos.

Sólo imaginar el cruce de los Andes nos obliga a rendirle homenaje a San Martín y por supuesto, a todos los hombres que lo siguieron. A través de sus heroicos sacrificios nos legaron un amor hacia lo que hoy necesitamos vivir, amor a la patria y a la libertad.

“Los dos días más importantes de tu vida, son el día que naces, y el día en que descubres por qué” Mark Twain.

La respuesta a esta pregunta puede cambiar tu vida o la de naciones.

EL CRUCE DE LOS ANDES implicó mucho más de lo que imaginamos y obedece a la respuesta del sentido de la existencia: ¿para qué vivo? San Martín sabía la respuesta. Por esta razón te sigo contando:

San Martín  había mandado a levantar 4.000 o 5.000 pieles de cordero para la montura de las mulas. Es que el aparejo pampeano, relleno y cubierto con paja, en situación de hambre hacía correr el riesgo de que la mula se lo comiera, por lo que se recurrió al chileno, que “recubría con cueros de carnero la albarda, la enjalma y toda la estructura que se cargaba sobre las mulas.

Además de cueros y mantas para abrigar los animales, San Martín había mandado fabricar 1.200 bolsas de lona, para que cada soldado llevara granos “para dar dos o tres piensos a sus caballos, ya sea en alguna marcha forzada o en algún otro servicio de los que continuamente son destinados” De todos modos, solo alrededor de un tercio de los caballos habría llegado en condiciones de combatir.

Nota de “color”.

Un documento poco conocido logra despejar ciertas dudas. Se trata de la lista de donaciones hechas por los vecinos de Guaymallén durante los preparativos del cruce, incluyendo nombre y apellido de cada uno de los benefactores (3). Un extracto publicado en el libro Guaymallén, punto de encuentro y proyección (4) menciona los siguientes ítems, entre otros (5):

Antonio F. Moyano: 1 carreta de vino en pipas de 50 arrobas.

Fernando Güiraldes: 4 fanegas de garbanzos y 2 de nueces.

Francisco de Rosas: 25 arrobas de vino y 7 de aguardiente.

Antonio A. Villegas: 25 arrobas de vino.

José María Lima: 50 arrobas de vino.

Estanislao Pelliza: 4 paquetes de grasa.

Juan Antonio Sosa: 10 arrobas de vino.

Juan José Lemos: 14 fanegas de trigo.

Pedro José Pelliza: 1 pipa de vino con casco.

Gómez e Hijo: 60 arrobas de vino.

José León Torres: 10 arrobas de vino tinto y 8 de moscatel.

Fray José T. Moyano: 25 arrobas de vino.

Francisco Godoy: 4 arrobas de aguardiente y 1 de maíz.

En conclusión la historia de corceles y de aceros, de batallas y heroísmo que liberó  un continente no podría ser realidad sin esta otra historia, oculta, silenciosa que te estoy contando. Y este relato que fue vida, es tan tuyo como mío y de alguna forma también nos revela la respuesta de la pregunta por qué vivimos.

Autores del texto: 

Veronica Peretti

  • Profesora de Lengua y Literatura.
  • Magister en Humanidades y Ciencias.
  • Montanista, aventurera.
  • Dos cruces de los Andes caminando por el Paso Portillo, con Andes Expediciones Compania de Guías de Montaña

Caio Scassa.

  • Guía del Cruce de los Andes caminando y de la cabalgata Cruce de los Andes

 

Referencias: https://es.wikipedia.org  https://bichosdecampo.com  http://consumosdelayer.blogspot.com https://www.lavoz.com.ar    consumosdelayer.blogspot.com

 

 

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